miércoles, 9 de julio de 2014


El arte urbano florece en un espacio abandonado.
Fuente: EFE.
Escondido entre la vegetación y la mala reputación de las afueras de París, el Fuerte de Aubervilliers se convierte en un efímero museo al aire libre durante el festival In Situ. Allí convergen las obras de más de 50 artistas callejeros bajo la temática común de la transformación urbanística.

Camionetas desvalijadas, naves oxidadas y muros de ladrillos sirven de lienzo a artistas de diversas partes del mundo.

El urbanista francés Olivier Landes explica que plasmar el pasado y el futuro del entorno del Fuerte de Aubervilliers es uno de los principales objetivos de In Situ.

Landes, responsable de la organización de arte y arquitectura Art en Ville, confiesa que aprovecharon el cambio de inquilinos en la gestión del solar para fundar un festival de arte urbano sin precedentes.

El fuerte se fundó como fortificación militar en el siglo XIX, pero en las últimas décadas alojó las instalaciones de una empresa de desguace de automóviles y de otra de servicio de grúas.

En la actualidad, el entorno está desocupado, pero la sociedad francesa planea una importante transición urbanística en la zona, con la edificación de un barrio ecológicamente sostenible.

El mural de un casco militar del que brota vegetación rememora los años de guerra en Europa. Otro ejemplo del simbolismo de las obras es la pintura del rostro de una mujer a través de trazos coloridos.

Otra intervención artÍstica memorable es el fresco monumental del artista cubano Jorge Rodríguez Gerada, que inmortaliza el rostro de una vecina del barrio sobre la superficie de 1 400 metros cuadrados de un antiguo aparcamiento.

Rodríguez se fijó en los rasgos de Nicole Picquart, una mujer jubilada que colabora como voluntaria en labores de integración de inmigrantes en Francia.

Las obras serán derrumbadas una vez que finalice el festival. Eso, según Landes, no es ningún drama, porque el arte urbano no está pensado para perdurar.

Atraer visitantes a un festival de arte urbano en una ciudad que cuenta con más de 150 museos es empresa complicada; aún más si los murales se emplazan en un solar abandonado de la temida periferia parisina.

No obstante, este espacio de exposición atípico ha conseguido un total de 13 mil visitantes desde su apertura el pasado 17 de mayo y continuará engrosando esta cifra hasta su clausura, postergada para finales de este mes.

Todo un éxito para sus organizadores, que esperan que la huella del arte urbano impregne el Fuerte de Aubervilliers para que la transición urbanÍstica conduzca a un futuro lleno de color. 

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