"Una conversación inesperada" en Black Square.
Fuente: El Universal.
Artistas de Venezuela y Ucrania, retratan a una nación desgastada.
Son 5.988 millas que separan a Venezuela de Ucrania. La inconformidad y el repudio hacia un sistema de gobierno los une.
En la muestra Una conversación inesperada, cuatro artistas venezolanos y dos grupos ucranianos, reflexionan sobre una realidad compartida.
En Ucrania, la frase "soy una gota en el océano" cobró fuerza a principios de año durante las protestas. En sala, se exhiben carteles y pancartas desarrollados por la comunidad ucraniana Strike-Plakat. Retratos del expresidente Yanukovich con una nariz de payaso para mostrar la ineficiencia de las instituciones políticas.
En la galería Black Square de Miami, en Estados Unidos, confluyen los planteamientos de los venezolanos Carola Bravo, Amalia Caputo, Pepe López y Tony Vázquez. "Mi propuesta es un grito silencioso desde el lugar al que pertenezco. Utilizo varios medios (fotografía, sonido y video) para retratar emociones desde la distancia", comenta Caputo al introducir su obraConstelaciones, un lugar de no retorno.
Tal como lo hicieron los griegos con las estrellas, la artista recrea un firmamento ambientado con cuerpos desnudos, que dibujan en su espalda un perímetro violento, "esas líneas imaginarias que dejan los mpactos de bala", detalla.
Las cicatrices de oro, una videoinstalación de Carola Bravo, evoca la sabiduría de la mente humana que se fortalece de las adversidades. La artista le da color a los mapas de Ucrania y Venezuela.
"Al igual que en la filosofía del arte japonés Kintsukuroi, donde se arreglan esos objetos rotos con oro", comenta la artista venezolana.
Como una alegoría al capitalismo que 'destruye' la nación, Pepe López construye un bar con la bebida predilecta de los presidentes venezolanos: el whisky. En el estante inferior, botellas vacías representan a la cuarta república. En la quinta, el envase está medio lleno.
Para Tony Vázquez, el país se desgasta. En La Alquitrana esculturas y fotografías retratan una greca. "La cubierta de estas cafeteras se ha debilitado. Expuestas al sol y dejadas a su suerte en la intemperie, lucen extenuadas", concluye el artista, quien trae a colación una reflexión de Uslar Pietri: "No tengo ninguna esperanza, existo como si estoy en el Infierno de Dante".
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